viernes, 7 de agosto de 2009

El soñar nos mantiene vivos

Una vez leí por ahí que la posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante, estoy de acuerdo. La vida es un lazo de tiempo en el cual... perdón, pero la verdad no sabría definir la palabra: vida. Algo que si se, es que la vida o esto que nos toca vivir es algo complicada y muchas veces las respuestas a las innumerables preguntas que existen desde el día en que nacemos van mas allá de nuestra capacidad. Por esta razón nos limitamos a sonar. Si, a sonar, y digo "limitamos" porque eso es lo que hacemos. Pocas veces logramos alcanzar esa meta, ese sueno, eso que tanto anhelamos. Pero cual es la razón por la que no hacemos nuestros suenos realidad? Unos dicen que no se esforzaron lo suficiente, otros que les falto apoyo, dinero, fuerza de voluntad; algunos se rindieron en el medio del camino, otros cometieron errores que les costo su sueno, etc... La verdad es que para ser capaz de realizar sus suenos se deben tener claro dos cosas: Primero, hay que tener bien establecido que es lo que realmente se desea desde el fondo de su ser, sincerarse con uno mismo y estar claro de lo que conlleva realizar este sueno. Segundo, que todo tiene un precio. Lo primero depende de usted, lo segundo también pero el precio varia dependiendo de las circunstancias que lo envuelven en su vida y del sueno que persigue. Hablo de un precio refiriéndome al esfuerzo, el empeño y la dedicación que requiere conseguir lo que uno quiere. El precio de dar y sembrar para después recibir y cosechar. Los suenos nos mantienen vivos porque sonar nos da esperanza, la esperanza de lograr aquello que sonamos y deseamos. Lamentablemente hoy en día alcanzar un sueno termina siendo mas difícil de lo que parece ya que el día a día y la rutina llega a envolver y consumir casi todo el tiempo de nuestras vidas. Pero al final lo único que hay que entender es que no importa si algún día alcanzamos eso que tanto queremos, es disfrutar el camino que nos lleva a ello. Los sabios saben que el objetivo o la meta no son tan importantes como el proceso. Del proceso radica la verdadera realización aunque es más fácil decirlo que aceptarlo. Cuando comprendemos nuestro destino nos damos cuenta que el objetivo no es lograr algo; sino vivirlo.
Terminare con esta frase:
Si has construido un castillo en el aire, no has perdido el tiempo, es allí donde debería estar Ahora debes construir los cimientos debajo de el.